Cruz Azul y Miguel Borja, a una firma de unir caminos
La llegada del colombiano complicaría el fichaje de Agustín Palavecino, debido a que la Máquina se enfrenta a un excedente de futbolistas no formados en México

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Cruz Azul habría alcanzado un acuerdo total, a falta únicamente de la firma, para incorporar al delantero colombiano Miguel Borja, en una operación que, por su dimensión económica y sus consecuencias deportivas, va más allá de un simple fichaje. El contrato, según fuentes cercanas a la negociación, contempla un salario cercano a los tres millones de dólares anuales, una cifra que lo colocaría entre los jugadores mejor remunerados de la Liga MX.
El entendimiento entre las partes es completo. Borja llegará a La Noria en los próximos días y, salvo un contratiempo de último momento, se convertirá en nuevo refuerzo de La Máquina. La operación incluso, incluye la llegada de otro futbolista al plantel, una señal clara de que la directiva ha apostado fuerte por reconfigurar su ofensiva de cara al siguiente torneo.
Pero mientras el acuerdo avanza sin sobresaltos en lo contractual, el verdadero problema se manifiesta en un terreno menos visible: el reglamento.
Con la inminente llegada de Borja, Cruz Azul se enfrenta a un excedente de futbolistas no formados en México. El club no ha logrado, hasta ahora, liberar alguna de esas plazas y se encuentra al límite de los nueve extranjeros permitidos por la Liga MX. Para poder registrar al atacante colombiano, será imprescindible abrir al menos un espacio.
Ese cuello de botella reglamentario ha comenzado a generar efectos colaterales. El más evidente recae sobre Agustín Palavecino; el mediocampista argentino, cuyo fichaje parecía encaminado, queda ahora atrapado en una ecuación compleja: su incorporación exigiría una segunda plaza disponible de extranjero, algo que hoy luce difícil de resolver.
La situación obliga a la directiva cementera a tomar decisiones incómodas. Desprenderse de jugadores en un mercado que no siempre responde con rapidez, equilibrar el proyecto deportivo con las restricciones administrativas y evitar que una apuesta millonaria termine bloqueando otras piezas clave del armado.
En Cruz Azul, el acuerdo con Borja simboliza ambición y poder económico. Pero también expone una verdad recurrente en el fútbol moderno: a veces, el desafío no está en cerrar los fichajes, sino en encontrar el espacio (reglamentario y estratégico) para que puedan existir.


