Miguel Borja, ¿la solución para Cruz Azul ante la salida de Sepúlveda?
El colombiano, a pesar de contar con mejores números que el mexicano, espera poder igualar o superar el impacto que el seleccionado nacional tuvo en la Máquina Celeste

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La salida de Ángel Sepúlveda marcó un punto de quiebre en el ataque de Cruz Azul. El delantero mexicano dejó La Noria tras un ciclo productivo que incluyó títulos, goles decisivos y un rol constante dentro del once titular. Con su partida rumbo a Chivas, la directiva celeste se vio obligada a buscar un reemplazo inmediato que ofreciera garantía en una posición que históricamente define los torneos para la Máquina.
En ese contexto aparece Miguel Borja. El delantero colombiano ya se encuentra en Ciudad de México para cerrar su incorporación y todo apunta a que será el nuevo referente ofensivo del equipo rumbo al Clausura 2026. La pregunta central es si Borja puede cubrir —o incluso superar— el impacto que dejó Sepúlveda, no solo en cifras, sino en funcionamiento colectivo y peso en partidos clave.
Sepúlveda se marcha de Cruz Azul con números claros: 39 goles y 12 asistencias en 107 partidos oficiales, además de un título internacional con la Concacaf Champions Cup, torneo en el que fue campeón de goleo. Su rendimiento fue sostenido y su presencia ofreció variantes tácticas, ya fuera como titular o como recurso desde el banquillo. Además, su perfil como delantero nacional facilitaba la gestión de plazas de extranjeros, un factor relevante en la planeación deportiva.

Borja llega con un historial distinto. En River Plate disputó 159 partidos y marcó 62 goles, con 10 asistencias, además de sumar títulos locales en Argentina. Su carrera también incluye presencia constante con la selección colombiana, donde registra nueve goles en 30 encuentros. En términos de experiencia internacional, el colombiano presenta un recorrido más amplio que el de Sepúlveda, con participación recurrente en Copa Libertadores y competencias continentales.
La comparación entre ambos pasa por el tipo de delantero que ofrece cada uno. Sepúlveda destacó por su lectura de juego dentro del área, movilidad y capacidad para asociarse. Borja, en cambio, se ha caracterizado por su juego de referencia, presencia física y finalización en zonas de remate. Cruz Azul apuesta a que ese perfil le permita resolver partidos cerrados y mejorar su producción en escenarios donde el gol ha sido escaso.
El fichaje del colombiano también se inserta en una posible identidad cafetera dentro del plantel. A la espera del regreso de Kevin Mier y con Willer Ditta consolidado en defensa, Borja podría integrarse a un bloque de jugadores colombianos que le den continuidad a un estilo compartido. Incluso el nombre de Edwuin Cetré aparece en el radar, lo que refuerza la intención de la directiva de construir una base con futbolistas que ya se conocen entre sí.
No obstante, el movimiento no está exento de riesgos. Borja llega tras un periodo irregular en River, donde su producción reciente fue cuestionada, y Cruz Azul deberá liberar una plaza de extranjero para registrarlo. Además, el contrato proyectado por dos años, con opción a un tercero y un salario elevado, coloca presión inmediata sobre su rendimiento.

En contraste, Sepúlveda inicia una nueva etapa en Chivas con un contexto distinto, donde buscará mayor protagonismo bajo la dirección de Gabriel Milito. Para Cruz Azul, su salida representa el cierre de un ciclo estable y la apertura de otro que dependerá, en gran medida, de la adaptación y respuesta de Borja en la Liga MX.
Así, el debate queda abierto. Miguel Borja no llega para replicar exactamente lo que fue Ángel Sepúlveda, sino para ofrecer una solución distinta a la misma necesidad: el gol. Si esa apuesta se traduce en resultados, Cruz Azul habrá encontrado al delantero que busca; si no, la ausencia del atacante mexicano se hará más visible conforme avance el torneo.


