Pollo Briseño mira al tricampeonato y toma al América como referencia: “No es fácil lo que hicieron”
Briseño detalló la fortaleza del vestidor, el impacto de Mohamed y cómo se asumió la decisión en la portería de cara al bicampeonato de los Diablos
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Toluca cerró el Apertura 2025 con su doceava estrella tras una final de alta exigencia ante Tigres, resuelta en una tanda de penaltis que llevó la definición al límite. Fue una serie marcada por el desgaste físico, los ajustes forzados y la necesidad de sostener la calma incluso cuando el marcador se movió en contra. En ese contexto, los Diablos volvieron a apoyarse en una estructura colectiva que les permitió resistir, responder y cerrar el torneo como bicampeones.
Antonio Briseño explicó cómo se vivió el partido desde dentro del grupo en exclusiva para Claro Sports por W Radio. El defensa habló desde la experiencia acumulada en finales ganadas y perdidas, y dejó claro que el equipo nunca sintió que el encuentro se hubiera salido de control, incluso tras el gol de Tigres que puso el global 2-0. Para él, la clave estuvo en no alterar el plan ni caer en extremos emocionales antes de tiempo.
“Desde antes lo habíamos platicado con mis compañeros, desde la propia experiencia que yo tuve hablando con los más chavos. He jugado finales donde íbamos ganando y las perdimos, y otras donde íbamos perdiendo y las sacamos. Un gol a favor o en contra no iba a cambiar nada. Esto no se define hasta que el árbitro pita. No puedes festejar antes ni sentirte perdido cuando cae el segundo gol”.
Esa lectura, explicó Briseño, no surgió en el momento, sino que fue parte de un mensaje repetido dentro del vestidor a lo largo del torneo. En una final tan larga y cambiante, la serenidad fue una herramienta competitiva más: “Yo estaba tranquilo porque sabía que el equipo tenía esa garra, ese espíritu y ese compromiso. Eso lo demostramos a lo largo de todo el torneo y lo sacamos adelante”.
La plantilla como base del bicampeonato
Más allá del desarrollo puntual del partido, Briseño insistió en que el título no se entiende sin analizar la profundidad del plantel. Toluca terminó la final con un once distinto al habitual, producto del cansancio, las lesiones y los cambios obligados durante el encuentro. Para el defensa, ese escenario confirmó una de las mayores fortalezas del equipo: “Un equipo campeón no se hace con once ni con catorce jugadores. Se hace con veinticinco. Cuando me tocó estar en la banca, me tocó ver que todos tuvieron participación. El que me digas de los veinticinco jugó”.
El defensa detalló que esa competencia interna se reflejó directamente en los momentos decisivos, particularmente en la tanda de penaltis, donde futbolistas que no venían jugando asumieron responsabilidades clave: “Todos se sienten importantes, todos son parte de un equipo ganador. Alexis no venía jugando y tiró el penal decisivo en una tanda complicada y lo metió. Eso es lo que te da un título”.
El impacto de Mohamed, más allá de lo táctico
Al hablar de Antonio Mohamed, Briseño llevó la conversación a un plano distinto al táctico. Para el defensa, el verdadero impacto del entrenador argentino está en su manejo humano y en la forma en que entiende al futbolista como persona antes que como pieza de un sistema. Esa lectura, explicó, fue determinante para sostener al grupo en un torneo largo y exigente: “El Turco tiene un don que pocas veces se ve en técnicos. Tiene ese tacto con el jugador, esos momentos. Él fue jugador y conoce cómo es esto. Trata al jugador como persona primero y luego como futbolista”.
Briseño amplió esa idea comparando la gestión de Mohamed con otros modelos de liderazgo que ha conocido en su carrera. Desde su perspectiva, el futbolista actual responde mejor cuando se siente respaldado y respetado, algo que Toluca encontró como equilibrio dentro del vestidor. En esa misma línea, el defensa subrayó la intuición del Turco para tomar decisiones complejas en momentos límite, incluso cuando desde fuera pueden parecer arriesgadas o poco comunes.
“Me ha tocado entrenadores muy militares. Hoy el jugador, al ser humano primero, se le trata como persona. Si lo respetas mucho como persona, le das libertades y confianza, el jugador te responde en el campo. El Turco tiene ese ángel, ese don que voltea arriba y dice ‘vamos a hacer esto’. A veces son decisiones polémicas o no comunes, pero casi siempre le salen. Ese don no cualquier técnico lo tiene”.
La portería y una decisión asumida por el vestidor
Otro de los temas que marcó la previa de la final fue la portería. Toluca había rotado durante el torneo, pero Hugo González se quedó con la titularidad en la Liguilla. Sin embargo, tras un error que les costó la derrota en El Volcán, Mohamed optó por Luis García para el juego de vuelta. Briseño explicó cómo se vivió esa situación dentro del vestidor y dejó claro que nunca fue un factor de tensión interna: “Nos enteramos un día antes, cuando el Turco paró el equipo. Para mí no fue nada descabellado. Luis ya había tenido que entrar antes y fuimos campeones. Sabíamos que estaba preparado”.
El defensa subrayó que la competencia entre García y González fue siempre sana y respaldada por el grupo, sin afectar la cohesión del equipo ni el enfoque previo a la final: “Los dos estuvieron preparados a lo largo del torneo. Hugo jugó, Luis jugó. Son decisiones que se respetan. Cuando le tocó a Luis, respondió con un partidazo y nos dio el título”.
El tricampeonato y el América como referencia
Con el festejo aún reciente, Briseño no esquivó la conversación sobre lo que sigue para Toluca. Desde la experiencia, reconoció la dificultad de repetir tres títulos en torneos cortos y puso como referencia lo logrado recientemente por el América.
“Estamos conscientes de que no es fácil. Lo que hizo América es complicado, y en torneos cortos a matar o morir es todavía más difícil porque con cualquier error quedas eliminado. Vamos a festejar y ya el 2 de enero que nos presentemos, meterle con todo. Lo más importante será quedar en primer lugar, porque estos torneos te ayudan mucho a recibir y a ganar series con los empates”.
