Los tres escenarios que tienen en vilo a Pereira: ¿qué pasa si le quitan el reconocimiento deportivo?
Las consecuencias y las maneras de actuar son distintas en cada uno y dependen del momento en que se produzca el castigo.

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A falta de tres semanas para la fecha estimada en la que arrancaría la Liga BetPlay Dimayor 2026-I, el tema del Deportivo Pereira sigue siendo un dolor de cabeza. Actualmente, Dimayor tiene las manos atadas para actuar en contra de un club que ha venido incumpliendo con las garantías laborales de sus empleados y que ya fue sancionado parcialmente por el Ministerio del Trabajo.
Hace unas semanas, se dijo oficialmente desde la presidencia de la institución Matecaña que se presentaría en cuestión de días a los nuevos propietarios. Sin embargo, hasta en eso hubo incumplimiento, pues es la hora que no se ha realizado la presentación y los indicios sobre un intento de estafa son latentes. En medio de la crisis, el riesgo de que le quiten el reconocimiento deportivo es alto y hay tres escenarios posibles que tienen en vilo al fútbol colombiano, dependiendo del momento en que esto se produzca.
Antes de iniciar el campeonato
La fecha que se tiene estimada para comenzar la competencia es el 16 de enero, pero la decisión final está en el aire por cuenta de unos asuntos pendientes sobre la seguridad en los estadios. Se venía diciendo que Dimayor no puede actuar todavía, puesto que no hay una decisión por parte del Ministerio del Deporte para quitarle el reconocimiento deportivo al club risaraldense.
Lo que ocurriría si ese castigo llegara antes de poner en marcha el campeonato, sería que Dimayor tiene que convocar a una asamblea extraordinaria para tomar decisiones sobre qué hacer en una situación en la que hay un equipo que no puede competir. Las opciones son variadas: dejar el certamen con 19 conjuntos, otorgar un ascenso extra, detener el descenso de Unión Magdalena o Envigado… en fin, es algo que les competerá a los representantes legales que estén en dicha reunión, pues no hay ningún reglamento que indique un paso a seguir en estos casos.
Con el campeonato en marcha
Si ya se ha puesto en marcha la competencia, todo el panorama se complica. A diferencia del escenario anterior, el Código Disciplinario Único (CDU) de la Federación Colombiana de Fútbol (FCF) sí dispone de acciones contra un club que no pueda jugar un partido por tener suspendido su reconocimiento deportivo. La afectación se vuelve general, pues se trataría de un momento en el que se desvirtúe la competencia.
Al respecto, el artículo 83 del documento citado habla sobre las infracciones sancionables con derrota por retirada o renuncia, que son castigadas con la pérdida de puntos, multadas con 20 salarios mínimos legales mensuales vigentes y entre las cuales se menciona: “Imposibilidad de celebración de un partido por vencimiento o suspensión del reconocimiento deportivo o participación en un evento deportivo con dicha suspensión”.
Algo que no deja total claridad si la multa se aumenta o se trata de un vicio de contradicción en el Código es que más adelante, en el artículo 89, dice: “En caso que un equipo se niegue a participar o a continuar un partido, no pueda hacerlo por falta de reconocimiento deportivo o por otro motivo
imputable a él, se le sancionará con multa de diez (10) salarios mínimos legales mensuales vigentes al momento de la infracción y se decretará la sanción por derrota por retirada o renuncia”.
Se venía mencionando que la competencia se desvirtuaría si esa suspensión llegara en medio del campeonato y cómo no, si es que debe ser muy incómodo para algunos clubes que ya tuvieron que gastar energías para enfrentarse a ese rival ver que otros hayan asegurado tres puntos en el escritorio. Esta situación ya se presentó en el 2020, cuando el Cúcuta Deportivo salió de la competencia hacia el final de la primera fase y despejó el camino para que algunos equipos consiguieran de manera sencilla su clasificación.
Si no le quitan el reconocimiento deportivo
Esta es una tercera vía perfectamente probable y, la verdad, es que puede resultar muy bien o muy mal. Por un lado, lo ideal sería que el Ministerio optó por permitir la continuidad competitiva del cuadro Matecaña porque se evidenció que ha solucionado las falencias que lo llevaron a la crisis y que ya puede dar garantías suficiente como para seguir peleando por sacar la cabeza del agua.
No obstante, la manera tan lenta en la que opera el Estado colombiano deja abierta la puerta a que la suspensión del reconocimiento deportivo no llegue por simple inoperancia o que los actuales dueños encontraron mecanismos jurídicos para frenar esa decisión. Esta posibilidad podría resultar más perjudicial que cualquier otra, pues las probabilidades de que suceda algo como lo que ocurrió el semestre anterior aumentan. De nuevo, un equipo poniendo a competir a jugadores juveniles o perdiendo partidos por walkover lleva a que el rigor de dificultad sea disparejo.


