Donovan Carrillo revela el proceso para armar su programa olímpico rumbo a Milano Cortina 2026
El patinador mexicano trabajó su rutina para la justa invernal junto al coreógrafo francés Benoit Richaud, uno de los nombres más influyentes del circuito internacional.
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Donovan Carrillo ya se encuentra en plena preparación rumbo a su segunda participación olímpica. Con la mira puesta en Milano Cortina 2026, el patinador mexicano inició un nuevo ciclo de trabajo enfocado en la construcción de un programa que represente un paso adelante tanto en lo técnico como en lo artístico. Para ello, volvió a colaborar con el coreógrafo francés Benoit Richaud, una de las figuras más reconocidas del patinaje contemporáneo.
El jalisciense retoma así una sociedad que ya le ha dado resultados importantes. Richaud fue el encargado de diseñar varios de los programas más destacados de su carrera, incluido el que presentó en los Juegos Olímpicos de Beijing 2022. Ahora, de cara al nuevo proceso olímpico, ambos apostaron por un enfoque más ambicioso, con una propuesta pensada para competir al más alto nivel internacional.
“He trabajado con Benoit en programas latinos anteriormente, como el que competí en los Juegos Olímpicos de Beijing 2022, que fue con música de Santana. Fue un programa muy bueno, a los jueces les gustó mucho y yo creo que lo pondría en mi top 3 de programas favoritos de mi carrera deportiva”.
Un proceso de construcción desde la base
Carrillo y Richaud iniciaron meses de trabajo en Courmayeur, en las montañas del norte de Italia, donde se concentraron en desarrollar la estructura del programa. El objetivo fue pulir cada detalle con una visión integral: técnica, narrativa, musicalidad y presencia escénica. Parte de ese proceso fue presentado en Ink On Blades, un documental que muestra la filosofía del coreógrafo y la manera en que se construye un programa de alto nivel.
“La primera vez que estaba en el hielo tomando clases con él, me tropezaba. Sentía que era mi primera vez patinando, de verdad, era todo tan diferente. Al paso de la segunda semana ya le empecé a entender más a su estilo, a lo que estaba corrigiendo y poco a poco se fue dando de manera natural, pero al principio fue todo un desafío”, declaró el tapatío.
Técnica, progresión y detalle
El trabajo no se limitó a la coreografía. La preparación incluyó ajustes técnicos constantes, correcciones de ejecución y una revisión minuciosa de cada elemento que conforma el programa competitivo. En el patinaje artístico, el armado de un programa es un proceso gradual. Cada salto, cada transición y cada secuencia tiene una lógica de evolución que requiere semanas de trabajo.
“Cuando haces un programa, primero tienes que poner todos los ingredientes. Una vez que terminas el programa, hacerlo con dobles, ya que salió todo perfecto con dobles; con triples, ya que salió todo perfecto con triples; ya luego le pones los cuádruples o le pones los triple axel. Es un proceso de varias semanas para llegar al producto final, con todo lo que necesitas y lo que requiere tener un programa de competencia“.
Salir de la zona de confort
De cara al ciclo olímpico, el mexicano decidió asumir un nuevo reto creativo. La intención fue clara: construir un programa que trascendiera lo local y conectara con una audiencia global, sin perder identidad ni autenticidad. Para Carrillo, este momento representa un punto de quiebre en su carrera, una etapa en la que era necesario arriesgar y explorar otros registros expresivos.
“Para esta temporada en particular quise salir un poco de mi zona de confort y buscar un programa que no solamente le gustara a México, sino un programa que pueda ser del gusto de todo el mundo. Creo que todos los deportistas tenemos que de repente salirnos para crecer. Creo que para mí ese momento es esta temporada. Espero que lo disfruten, espero que cuando esté compitiendo con este programa la audiencia, los jueces, mi equipo y por supuesto yo mismo disfrutemos al máximo de este programa”.
La música como eje narrativo
Otro de los pilares del nuevo programa es la elección musical. Para Richaud, la música no es un complemento, sino el punto de partida de toda la narrativa. A partir de ella se construye el movimiento, el carácter y la intención de cada segmento.
En ese proceso, Carrillo participó activamente, aunque la decisión final recayó en el coreógrafo. El resultado fue una combinación que incluye My Way y temas de Elvis Presley, una elección pensada para potenciar la expresividad del patinador.
“La música para mí representa una gran importancia en mi vida. Decidí patinar My Way porque es una pieza muy emocional, conecto muchísimo. Después nació la idea de patinar algo de Elvis. Y Benoit fue quien la propuso, sin saber que yo siquiera quería patinar My Way esta temporada. Salieron varias ideas, pero al final él decidió, de las opciones que yo le mandé, escogió las que combinaban mejor y el resultado fue un programa muy bonito, que me emociona mucho y que creo que va a emocionar a la gente también cuando lo vea en vivo”.
Una historia que se patina
Más allá de la música, el programa busca contar una historia. Para lograrlo, Carrillo recurrió a la figura de Elvis Presley como inspiración emocional y narrativa, un personaje histórico con el que logró hacer una conexión personal para expresarse. Antes de iniciar el montaje, volvió a ver la película del cantante para conectar con su esencia y trasladarla al hielo: “Desde hace como dos o tres años vi la película de Elvis Presley, pero antes de iniciar la coreografía la volví a ver para no perderme de ningún detalle y poder conectar mejor con la historia y con el personaje”.
“De alguna manera, creo que conectó con la historia de Elvis de manera personal, por ciertos desafíos que él enfrentó. Creo que su esencia de cuando se mostraba en los conciertos, esa personalidad tan auténtica que lo caracterizaba cuando hacía sus performances, la manera en cómo la gente reaccionaba, es algo que, quizás no en la misma magnitud, pero logramos despertar a la audiencia de manera similar”.
Además, la actividad olímpica podrá seguirse de manera íntegra a través de la multiplataforma de Claro Sports, que contará con la cobertura completa de los Juegos Olímpicos de Invierno Milano Cortina 2026, programados del 6 al 22 de febrero, con transmisión para toda Latinoamérica. Una ventana clave para acompañar el camino de Donovan Carrillo en la cita más importante del ciclo y seguir de cerca el desarrollo de las competencias sobre hielo y nieve.
