Cuatro Grand Slams, cuatro campeonas: el 2025 que confirmó la paridad en la WTA
La temporada de Majors en el tenis femenil dejó títulos repartidos, batallas de alto nivel y un circuito más abierto que nunca, con figuras consolidadas y coronas inéditas.
- Aryna Sabalenka, Jugadora del Año de la WTA por segundo año consecutivo
- Jessica Pegula mantiene hegemonía sobre Anisimova en la exhibición de A Racquet at The Rock
- Renata Zarazúa confirmada para el Australian Open
La temporada de Grand Slams en el tenis femenil confirmó una tendencia que se venía gestando desde hace algunos años: la paridad absoluta en la cima del circuito. Las cuatro citas más importantes del calendario tuvieron campeonas distintas, con estilos, recorridos y contextos diferentes, pero con un denominador común: la dificultad creciente para sostener la hegemonía en la WTA.
El Australian Open abrió el año con una consagración histórica. Madison Keys conquistó el primer Major de su carrera tras dos semanas de dominio puro en Melbourne. En su camino a la final eliminó a Danielle Collins, Elena Rybakina, Elina Svitolina e Iga Swiatek, todas cabezas de serie. El premio por dejar fuera a la segunda sembrada del mundo fue un duelo ante la número uno, Aryna Sabalenka, a quien derrotó en una intensa batalla de tres sets para quedarse con la corona en el Rod Laver Arena.
En Roland Garros también hubo campeona inédita. Coco Gauff se abrió paso hasta el partido por el título dejando en el camino a la propia Keys y a la sorprendente Lois Boisson. Del otro lado del cuadro, Sabalenka volvió a destacar, pero, tal como había sucedido en Australia, cedió el trofeo en tres sets. La estadounidense levantó así su segundo Grand Slam y el primero sobre la arcilla parisina, confirmando su madurez competitiva en la superficie más exigente del calendario.

Wimbledon coronó a una reina que parecía dormida. Iga Swiatek llegó al All England Club como la cuarta sembrada del ranking mundial, lejos de su mejor versión, pero encontró en el césped la magia necesaria para conquistar una nueva superficie. Aunque generó dudas en las primeras rondas, la polaca firmó una final histórica al imponerse con doble 6-0, el segundo registro de ese tipo en una final de Grand Slam. La víctima fue la estadounidense Amanda Anisimova.
El cierre llegó en Flushing Meadows, donde el major que tanto se le había resistido a Aryna Sabalenka finalmente cayó de su lado. La bielorrusa dominó su camino a la final cediendo apenas un set ante Jessica Pegula y, frente a la local Anisimova, volvió a rugir para conquistar el título del US Open y reafirmar su condición de número uno del mundo.
Fue una temporada histórica que confirmó la profundidad y la competitividad del circuito femenil. Cuatro Grand Slams, cuatro campeonas y múltiples narrativas cruzadas dejaron una conclusión clara: el circuito de la WTA vive uno de sus momentos más abiertos y emocionantes, con un equilibrio que eleva el nivel y multiplica el interés en cada gran cita.


