Llegó para ser campeón, brilló y Alajuelense lo podría perder ya
Hay interés y su renovación aún no está definida.

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Jeison Lucumí llegó a Costa Rica con un objetivo claro: competir, ganar títulos y relanzar su carrera. En apenas una temporada con la Liga Deportiva Alajuelense, el atacante colombiano cumplió con creces ese propósito, convirtiéndose en una pieza útil dentro de un plantel que cerró el 2025 con pleno éxito deportivo. Sin embargo, su futuro inmediato está lejos de estar asegurado y en el club manudo ya se encienden algunas alertas.
El futbolista de 26 años fue parte del equipo que se coronó campeón del Torneo Apertura de Costa Rica tras imponerse a Deportivo Saprissa en una final vibrante, con un global de 5-3. A ese título le sumó la Copa Centroamericana, la Copa de Costa Rica y la Recopa, completando un año soñado desde lo colectivo y consolidándose como una alternativa confiable en el frente de ataque rojinegro.
El contrato de Jeison Lucumí con Alajuelense entra ahora en una etapa decisiva. Según informó el periodista Anthony Porras en Columbia Deportiva, existe interés concreto desde Colombia para repatriar al atacante, situación que genera dudas sobre su continuidad en el club manudo. “El futuro del futbolista se tratará en una reunión clave con Carlos Vela, gerente deportivo del club”, explicó Porras, quien además señaló que Lucumí no tiene asegurada su permanencia debido a las propuestas que comienzan a llegar desde su país. El jugador, con pasado en América de Cali y Deportes Tolima, vuelve a estar en el radar del fútbol colombiano tras su exitoso paso por Costa Rica.
Un aporte silencioso, pero clave
Más allá de los números, Lucumí encontró en Óscar “Machillo” Ramírez a un entrenador que supo potenciarlo. En 27 partidos disputados durante el año, el colombiano aportó 2 goles y 6 asistencias, cifras que no siempre reflejan su impacto real en el funcionamiento del equipo. Su movilidad, capacidad para asociarse y lectura táctica le permitieron encajar en distintos roles ofensivos, algo muy valorado por el cuerpo técnico.
Al igual que ocurrió con Joel Campbell, Lucumí fue uno de esos futbolistas que crecieron dentro del proceso, pasando de ser una apuesta a transformarse en un jugador confiable en momentos importantes. Esa regularidad no pasó desapercibida fuera de Costa Rica.
En Alajuelense saben que retener a Lucumí no será sencillo. Su buen año, sumado a la vidriera internacional que significaron los títulos y la Copa Centroamericana, elevó su valor deportivo. La dirigencia deberá evaluar si hace un esfuerzo por renovarlo o si, ante una posible salida, busca alternativas para no perder profundidad ofensiva. Por ahora, el colombiano disfruta de un cierre de temporada ideal desde lo futbolístico. Pero mientras celebra los títulos, su nombre empieza a moverse con fuerza en el mercado. Alajuelense ganó con él en la cancha, aunque ahora corre el riesgo de perderlo fuera de ella.


