Novena de Navidad y Aguinaldos 2025: oración Día 2, cantos y gozos hoy, 17 de diciembre
Segundo día de la novena de Aguinaldos en Colombia; todos los rezos y gozos para esta fecha importante antes de Navidad

- Airbnb en Colombia: ¿Cuándo saldría del país según el proyecto de decreto para el sector turístico?
- Historia y origen de las Novenas de Navidad: ¿Quién las escribió y desde cuándo se celebran?
- Salario mínimo 2026 en Colombia: ¿Cuáles son las propuestas de empresarios y sector obrero?
Segundo día de la Novena de Aguinaldos, una de las tradiciones más entrañables de Colombia que convoca a familias y amigos en la antesala de la Navidad. Este miércoles 17 de diciembre se celebra la segunda jornada de este camino espiritual, quedando un día menos para la esperada llegada del Niño Dios. Entre cantos, oraciones y abundante comida, esta costumbre marca el conteo regresivo hacia el 24 de diciembre y se convierte en un momento especial de unión y fe. En Claro Sports te compartimos la intención de hoy y los gozos que, acompañados de villancicos, llenan de alegría la velada.
Novena de Aguinaldos 2024: Oraciones y gozos para el día 1
Novena de Navidad: ¿Qué se hace el día 2?
El segundo día de la Novena de Aguinaldos da continuidad a los rezos iniciales, pero centra su reflexión en el anuncio del Arcángel San Gabriel a María sobre la llegada del Niño Dios. Al igual que la primera jornada, se vive como un espacio de oración y contemplación que invita a fortalecer los lazos familiares y comunitarios, al tiempo que prepara el corazón para recibir a Jesús.
Oración de la Novena de Aguinaldos hoy, 17 de diciembre de 2025
Benignísimo Dios de infinita caridad que tanto amaste a los hombres, que les diste en tu hijo la prenda de tu amor para que hecho hombre en las entrañas de una Virgen naciese en un pesebre para nuestra salud y remedio, yo, en nombre de todos los mortales, te doy infinitas gracias por tan soberano beneficio.
En retorno de él, te ofrezco la pobreza, humildad y demás virtudes de tu hijo humanado, suplicando por sus divinos méritos, por las incomodidades en que nació y por las tiernas lágrimas que derramó en el pesebre, que dispongas nuestros corazones con humildad profunda, con amor encendido, con tal desprecio de todo lo terreno, para que Jesús recién nacido tenga en ellos su cuna y more eternamente.
Gloria al Padre (tres veces).
Intención del día 2
El Verbo eterno estaba a punto de asumir su naturaleza creada en la santa casa de Nazaret, donde habitaban María y José. En el momento en que el designio divino se cernía sobre ella, María se encontraba sola, recogida en profunda oración. En el silencio de la noche, permanecía unida íntimamente a Dios y, mientras elevaba su súplica, el Verbo tomó posesión de su morada creada. Sin embargo, no llegó de manera inesperada: antes envió a su mensajero, el Arcángel San Gabriel, para solicitar a María, en nombre de Dios, su consentimiento para la encarnación. El Creador no quiso realizar tan sublime misterio sin el asentimiento libre de su criatura.
Aquel instante fue profundamente solemne: María podía aceptar o rehusar. Con qué inefable ternura y con qué sagrada expectación aguardaría la Santísima Trinidad el momento en que la Virgen abriera sus labios y pronunciara el “sí”, dulce melodía para el cielo y expresión perfecta de su humildad ante la omnipotente voluntad divina. La Virgen Inmaculada dio su consentimiento. El arcángel se retiró. Dios se revistió de naturaleza humana; el designio eterno se cumplió y la creación alcanzó su plenitud. En el mundo angélico estalló un júbilo inmenso, pero María no lo escuchaba ni se detenía en él: con la cabeza inclinada, su alma permanecía sumida en un silencio semejante al de Dios. El Verbo se había hecho carne y, aunque aún invisible para el mundo, ya habitaba entre los hombres que su infinito amor había venido a redimir. Ya no era solo el Verbo eterno: era el Niño Jesús, hecho hombre, confirmando desde ese instante el elogio que todas las generaciones le darían al llamarlo el más hermoso de los hijos de los hombres.
Oración a la Santísima Virgen María
Soberana María que por tus grandes virtudes y especialmente por tu humildad mereciste que todo un Dios te escogiese por madre suya, te suplico que tú misma prepares y dispongas mi alma y la de todos los que en este tiempo hiciesen esta novena para el nacimiento espiritual de vuestro adorado hijo. Oh, dulcísima madre, comunícame algo del profundo recogimiento y divina ternura con que lo aguardaste para que nos hagas menos indignos de verle, amarle y adorarle por toda la eternidad. Amén.
Ave María (tres veces)
- Dios te salve, María, llena eres de gracia. El Señor es contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
- Santa María, madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Oración a José
Oh, santísimo José, esposo de María y padre adoptivo de Jesús, infinitas gracias doy a Dios porque te escogió para tan soberanos ministerios y te adornó con todos los dones proporcionados a tan excelente grandeza. Te ruego, por el amor que tuviste al Divino Niño, que me abraces en fervoroso deseo de verle y recibirle sacramentalmente, mientras en su divina esencia le veo y le gozo en el cielo. Amén.
Padre Nuestro
- Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre. Venga a nosotros tu reino. Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día. Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén.
- (Se reza un Ave María y un Gloria a Dios).
Oración al Niño Jesús
Acuérdate, oh dulcísimo Niño Jesús, que dijiste a la venerable Margarita del santísimo Sacramento y, en persona suya, a todos tus devotos estas palabras tan consoladoras para nuestra pobre humanidad agobiada y doliente: “Todo lo que quieras pedir, pídelo por los méritos de mi infancia y nada te será negado”. Llenos de confianza en ti, oh Jesús, que eres la misma verdad, venimos a exponerte toda nuestra miseria.
Ayúdanos a llevar una vida santa para conseguir una eternidad bienaventurada. Concédenos por los méritos infinitos de tu infancia la gracia de la cual necesitamos tanto. Nos entregamos a ti, oh Niño omnipotente, seguros de que no quedará frustrada nuestra esperanza y de que, en virtud de tu divina promesa, acogerás y despacharás favorablemente nuestra súplica. Amén.
Cantos día 1 Novena de Navidad
Hay dos cantos que son los más comunes y se hacen al inicio y entre cada gozo. Se puede cantar cualquiera, pero es recomendable coordinar previamente con los asistentes a la Novena.
- Canto de ‘Ven, ven, ven’: Ven, ven, ven, ven a nuestras almas, Jesús, ven, ven, ven, ven, ven a nuestras almas, Jesús ven, ven a nuestras almas. No tardes tanto, no tardes tanto, Jesús ven, ven, ven, ven…
- Canto de ‘Dulce Jesús mío’: Dulce Jesús mío, mi niño adorado, ven a nuestras almas, ven, no tardes tanto. ¡Ven, no tardes tanto!
Gozos día 1
Después de leer cada gozo se entona un canto. Cabe recordar que los asistentes pueden variar el canto.
— 𝄞𝄞𝄞 Canto 𝄞𝄞𝄞.
— Oh, sapiencia suma del Dios soberano, que a nivel de un niño te hayas rebajado. Oh, Divino Infante, ven para enseñarnos la prudencia que hace verdaderos sabios.
— 𝄞𝄞𝄞 Canto 𝄞𝄞𝄞.
— Niño del pesebre, nuestro Dios y Hermano, tú sabes y entiendes del dolor humano. Que cuando suframos dolores y angustias siempre recordemos que nos has salvado.
— 𝄞𝄞𝄞 Canto 𝄞𝄞𝄞.
— Oh, lumbre de oriente, sol de eternos rayos, que entre las tinieblas tu esplendor veamos. Niño tan precioso, dicha del cristiano, luzca la sonrisa de tus dulces labios.
— 𝄞𝄞𝄞 Canto 𝄞𝄞𝄞.
— Rey de las naciones, Emmanuel preclaro, de Israel anhelo, pastor del rebaño. Niño que apacientas con suave cayado, ya la oveja arisca, ya el cordero manso.
— 𝄞𝄞𝄞 Canto 𝄞𝄞𝄞.
— Ábranse los cielos y llueva de lo alto bienhechor rocío, como riego santo. Ven hermoso niño, ven Dios humanado, luce hermosa estrella, brota flor del campo.
— 𝄞𝄞𝄞 Canto 𝄞𝄞𝄞.
— Tú te hiciste Niño en una familia llena de ternura y calor humano. Vivan los hogares aquí congregados el gran compromiso del amor cristiano.
— 𝄞𝄞𝄞 Canto 𝄞𝄞𝄞.
— Del débil, auxilio; del doliente, amparo; consuelo del triste, luz de desterrado. Vida de mi vida, mi sueño adorado, mi constante amigo, mi divino hermano.
— 𝄞𝄞𝄞 Canto 𝄞𝄞𝄞.
— Ven ante mis ojos de ti enamorados, bese ya tus plantas, bese ya tus manos. Prosternado en tierra te tiendo los brazos y aun más que mis frases te dice mi llanto.
— 𝄞𝄞𝄞 Canto 𝄞𝄞𝄞.
— Haz de nuestra patria una gran familia. Siembra en nuestro suelo tu amor y tu paz. Danos fe en la vida, danos esperanza y un sincero amor que nos una más.
— 𝄞𝄞𝄞 Canto 𝄞𝄞𝄞.
— Ven, salvador nuestro, por quien suspiramos. Ven a nuestras almas, ven no tardes tanto.
— 𝄞𝄞𝄞 Canto 𝄞𝄞𝄞.
Posadas y novenarios
Las Posadas se celebran del 16 al 24 de diciembre y consisten en procesiones que rememoran la búsqueda de hospedaje de José y María, culminando cada noche en un encuentro comunitario. A lo largo de estas nueve jornadas, que representan distintas virtudes, se vive el novenario previo al nacimiento de Jesús, acompañado de cantos, letanías, piñatas y platos típicos. Este rito popular es la expresión festiva del novenario: una devoción de nueve días que une la oración y la reflexión con la convivencia, la tradición y la recreación del relato bíblico.
¿Quién escribió las Novenas de Navidad y desde cuándo se celebran?
Las Novenas de Navidad fueron escritas en el siglo XVIII por el franciscano ecuatoriano Fray Fernando de Jesús Larrea y publicadas por primera vez en 1743, a petición de Clemencia de Jesús Caycedo. Esta tradición de preparación espiritual para la Navidad, que se celebra durante nueve días —del 16 al 24 de diciembre—, se afianzó en Colombia y otros países de Latinoamérica gracias a adaptaciones posteriores, especialmente las realizadas en el siglo XIX por la Madre María Ignacia, quien incorporó los tradicionales “Gozos” que hoy caracterizan esta celebración.


