Novena de Navidad y Aguinaldos 2025: oración Día 3, cantos y gozos hoy, 18 de diciembre
Las intensiones se enfocan en el tema de la salud corporal y espiritual, recordando las difíciles condiciones en que Jesús nació.

- Salario mínimo 2026 en Colombia: ¿Cuáles son las propuestas de empresarios y sector obrero?
- Novena de Aguinaldos 2025: ¿Cuáles son los santos para rezar, villancicos y oraciones?
- Historia y origen de las Novenas de Navidad: ¿Quién las escribió y desde cuándo se celebran?
La continuidad de la novena de aguinaldos trae el tercer día de oraciones y cantos. Este jueves, 18 de diciembre, se continúa con el relato que rememora el nacimiento de Jesucristo y las consideraciones se enfocan en un tema por el cual todos tienen especial interés. Como viene siendo costumbre, Claro Sports presenta la explicación de los rezos del día y el orden a seguir para hacer la novena de forma ordenada y sin contratiempos.
Novena de Aguinaldos 2024: Oraciones y gozos para el día 2
Novena de Navidad: ¿qué se hace el día 3?
El tercer día de rezos continúa con el relato de las condiciones en las que Jesucristo nació. Las consideraciones se enfocan en el tema de la salud y de la enfermedad. Se recuerda cómo el Niño Jesús afrontó condiciones complicadas en medio de un pesebre y rodeado de animales, que no son las ideales para un recién nacido.
Se pide a la gracia divina de Dios obtener algo de la fortaleza con la que envió a su hijo al mundo. Sin embargo, también tiene un connotación espiritual, en la cual las debilidades de la fe pueden desvanecerse a través de la gracia divina. Se ruega una purificación del alma para alejar el pecado y acogerse a las conductas de un buen cristiano.
Oración de la Novena de Aguinaldos hoy, 18 de diciembre de 2025
Benignísimo Dios de infinita caridad que tanto amaste a los hombres, que les diste en tu hijo la prenda de tu amor para que hecho hombre en las entrañas de una Virgen naciese en un pesebre para nuestra salud y remedio, yo, en nombre de todos los mortales, te doy infinitas gracias por tan soberano beneficio.
En retorno de él, te ofrezco la pobreza, humildad y demás virtudes de tu hijo humanado, suplicando por sus divinos méritos, por las incomodidades en que nació y por las tiernas lágrimas que derramó en el pesebre, que dispongas nuestros corazones con humildad profunda, con amor encendido, con tal desprecio de todo lo terreno, para que Jesús recién nacido tenga en ellos su cuna y more eternamente.
Gloria al Padre (tres veces).
Intención del día 3
Así había comenzado su vida encarnada el Niño Jesús. Consideremos el alma gloriosa y el santo cuerpo que había tomado, adorándolos profundamente. Admirado en el primer lugar en el alma de ese Divino Niño, considerarnos en ella la plenitud de su gracia santificadora; la de su ciencia beatífica, por lo cual desde el primer momento de su vida vio la divina esencia más claramente que todo los ángeles y leyó lo pasado y lo por venir con todos sus arcanos conocimientos. No supo por adquisición nada que no supiese por infusión desde el primer momento de su ser; pero Él adoptó todas las enfermedades de nuestra naturaleza a que dignamente podía someterse, aun cuando no fuese necesario para la grande obra que debía cumplir. Pidámosle que sus divinas facultades suplan la debilidad de las nuestras y les den nueva energía; que su memoria nos enseñe a recordar sus beneficios, su entendimiento a pensar en Él, su voluntad a no hacer sino lo que Él quiere y en servicio suyo.
Del alma del Niño Jesús pasemos ahora a su cuerpo, que era un mundo de maravillas, una obra maestra de la mano de Dios. No era, como el nuestro, una traba para el alma; era, por el contrario, un nuevo elemento de santidad. Quiso que fuese pequeño y débil como el de los niños, y sujeto a todas las incomodidades de la infancia, para asemejarse más a nosotros y participar de nuestras humillaciones. El Espíritu Santo formó ese cuerpecillo divino con tal delicadeza y tal capacidad de sentir, que pudiese sufrir el exceso para cumplir la grande obre de nuestra redención. La belleza de ese cuerpo divino fue superior a cuanto divino fue superior a cuanto se ha imaginado jamás; la divina sangre que por sus venas empezó a circular desde el momento de la encarnación es la que lava todas las manchas del mundo culpable. Pidámosle que lave las nuestra en el sacramento de la penitencia, para que el día de su Navidad nos encuentre purificados, perdonados y dispuestos a recibirle con amor y provecho espiritual.
Oración a la Santísima Virgen María
Soberana María que por tus grandes virtudes y especialmente por tu humildad mereciste que todo un Dios te escogiese por madre suya, te suplico que tú misma prepares y dispongas mi alma y la de todos los que en este tiempo hiciesen esta novena para el nacimiento espiritual de vuestro adorado hijo. Oh, dulcísima madre, comunícame algo del profundo recogimiento y divina ternura con que lo aguardaste para que nos hagas menos indignos de verle, amarle y adorarle por toda la eternidad. Amén.
Ave María (tres veces)
- Dios te salve, María, llena eres de gracia. El Señor es contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
- Santa María, madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Oración a José
Oh, santísimo José, esposo de María y padre adoptivo de Jesús, infinitas gracias doy a Dios porque te escogió para tan soberanos ministerios y te adornó con todos los dones proporcionados a tan excelente grandeza. Te ruego, por el amor que tuviste al Divino Niño, que me abraces en fervoroso deseo de verle y recibirle sacramentalmente, mientras en su divina esencia le veo y le gozo en el cielo. Amén.
Padre Nuestro
- Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre. Venga a nosotros tu reino. Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día. Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén.
- (Se reza un Ave María y un Gloria a Dios).
Oración al Niño Jesús
Acuérdate, oh dulcísimo Niño Jesús, que dijiste a la venerable Margarita del santísimo Sacramento y, en persona suya, a todos tus devotos estas palabras tan consoladoras para nuestra pobre humanidad agobiada y doliente: “Todo lo que quieras pedir, pídelo por los méritos de mi infancia y nada te será negado”. Llenos de confianza en ti, oh Jesús, que eres la misma verdad, venimos a exponerte toda nuestra miseria.
Ayúdanos a llevar una vida santa para conseguir una eternidad bienaventurada. Concédenos por los méritos infinitos de tu infancia la gracia de la cual necesitamos tanto. Nos entregamos a ti, oh Niño omnipotente, seguros de que no quedará frustrada nuestra esperanza y de que, en virtud de tu divina promesa, acogerás y despacharás favorablemente nuestra súplica. Amén.
Cantos día 3 Novena de Navidad
Hay dos cantos que son los más comunes y se hacen al inicio y entre cada gozo. Se puede cantar cualquiera, pero es recomendable coordinar previamente con los asistentes a la Novena.
- Canto de ‘Ven, ven, ven’: Ven, ven, ven, ven a nuestras almas, Jesús, ven, ven, ven, ven, ven a nuestras almas, Jesús ven, ven a nuestras almas. No tardes tanto, no tardes tanto, Jesús, ven, ven, ven, ven…
- Canto de ‘Dulce Jesús mío’: Dulce Jesús mío, mi niño adorado, ven a nuestras almas, ven, no tardes tanto. ¡Ven, no tardes tanto!
Gozos día 3
Después de leer cada gozo se entona un canto. Cabe recordar que los asistentes pueden variar el canto.
— 𝄞𝄞𝄞 Canto 𝄞𝄞𝄞.
— Oh, sapiencia suma del Dios soberano, que a nivel de un niño te hayas rebajado. Oh, Divino Infante, ven para enseñarnos la prudencia que hace verdaderos sabios.
— 𝄞𝄞𝄞 Canto 𝄞𝄞𝄞.
— Niño del pesebre, nuestro Dios y Hermano, tú sabes y entiendes del dolor humano. Que cuando suframos dolores y angustias siempre recordemos que nos has salvado.
— 𝄞𝄞𝄞 Canto 𝄞𝄞𝄞.
— Oh, lumbre de oriente, sol de eternos rayos, que entre las tinieblas tu esplendor veamos. Niño tan precioso, dicha del cristiano, luzca la sonrisa de tus dulces labios.
— 𝄞𝄞𝄞 Canto 𝄞𝄞𝄞.
— Rey de las naciones, Emmanuel preclaro, de Israel anhelo, pastor del rebaño. Niño que apacientas con suave cayado, ya la oveja arisca, ya el cordero manso.
— 𝄞𝄞𝄞 Canto 𝄞𝄞𝄞.
— Ábranse los cielos y llueva de lo alto bienhechor rocío, como riego santo. Ven hermoso niño, ven Dios humanado, luce hermosa estrella, brota flor del campo.
— 𝄞𝄞𝄞 Canto 𝄞𝄞𝄞.
— Tú te hiciste Niño en una familia llena de ternura y calor humano. Vivan los hogares aquí congregados el gran compromiso del amor cristiano.
— 𝄞𝄞𝄞 Canto 𝄞𝄞𝄞.
— Del débil, auxilio; del doliente, amparo; consuelo del triste, luz de desterrado. Vida de mi vida, mi sueño adorado, mi constante amigo, mi divino hermano.
— 𝄞𝄞𝄞 Canto 𝄞𝄞𝄞.
— Ven ante mis ojos de ti enamorados, bese ya tus plantas, bese ya tus manos. Prosternado en tierra te tiendo los brazos y aun más que mis frases te dice mi llanto.
— 𝄞𝄞𝄞 Canto 𝄞𝄞𝄞.
— Haz de nuestra patria una gran familia. Siembra en nuestro suelo tu amor y tu paz. Danos fe en la vida, danos esperanza y un sincero amor que nos una más.
— 𝄞𝄞𝄞 Canto 𝄞𝄞𝄞.
— Ven, salvador nuestro, por quien suspiramos. Ven a nuestras almas, ven no tardes tanto.
— 𝄞𝄞𝄞 Canto 𝄞𝄞𝄞.
Posadas y novenarios
Las Posadas se celebran del 16 al 24 de diciembre y consisten en una procesión que recrea la búsqueda de hospedaje de José y María, culminando en una celebración comunitaria. Cada una de las nueve noches simboliza una virtud y forma parte del novenario previo al nacimiento de Jesús, con actividades como cantos, letanías, piñatas y comidas típicas. Este rito es la expresión popular del novenario, una devoción de nueve días que combina la oración y la reflexión con la celebración social y la recreación del relato bíblico.
¿Quién escribió las Novenas de Navidad y desde cuándo se celebran?
Las Novenas de Navidad fueron redactadas en el siglo XVIII por el franciscano ecuatoriano Fray Fernando de Jesús Larrea y publicadas por primera vez en 1743, a solicitud de Clemencia de Jesús Caycedo. Esta práctica de preparación espiritual para la Navidad, que se extiende durante nueve días, del 16 al 24 de diciembre, se consolidó en Colombia y otros países de Latinoamérica gracias a adaptaciones posteriores, en especial las realizadas en el siglo XIX por la Madre María Ignacia, quien incorporó los tradicionales “Gozos” que hoy identifican esta celebración.


