Steelers contra las cuerdas: la ofensiva falla y todo se define ante Ravens
La derrota pesa más por el contexto que por el resultado en sí. La defensiva volvió a responder, pero el equipo no logró capitalizarlo en el marcador
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La semana 17 dejó a los Pittsburgh Steelers en una posición incómoda y peligrosa. En un momento del calendario donde los equipos aspirantes deben consolidar su rumbo, Pittsburgh volvió a tropezar, esta vez en Cleveland, quedándose corto del triunfo que prácticamente aseguraba su boleto a la postemporada. La frustración es evidente porque el margen de error se agotó.
La derrota pesa más por el contexto que por el resultado en sí. La defensiva volvió a responder, pero el equipo no logró capitalizarlo en el marcador. La sensación es clara: Pittsburgh dejó pasar la oportunidad de llegar con calma a la última semana del calendario regular. Es una derrota que duele para los de la Ciudad del acero.
Al profundizar en el desempeño ofensivo, el diagnóstico es directo y poco alentador. En una liga donde el ataque aéreo define partidos cerrados, los Steelers mostraron carencias evidentes, incapaces de imponer ritmo o generar explosividad. El señalamiento es contundente y no admite matices.
Uno de los factores que explica esta inoperancia es la ausencia de amenazas verticales, una constante que se agravará en la última semana. Sin profundidad en el ataque, las defensas rivales ajustan sin dificultad, y Pittsburgh paga el precio. No se tuvo la posibilidad de ser vertical sin DK Metcalf. Es un problema que habrá que resolver porque la próxima semana tampoco verá acción.
Del otro lado del balón, la defensiva volvió a cumplir incluso sin su líder natural. La ausencia de T.J. Watt no debilitó al grupo, que mantuvo el partido al alcance, pero la falta de respaldo ofensivo terminó por condenarlos. La lectura es precisa, la defensiva sin T.J. Watt vuelve a tener una buena actuación. Desafortunadamente no alcanza para ellos darle una mejor posición en el terreno de juego a una ofensiva que dejó mucho que desear.
Mientras tanto, el panorama divisional se apretó aún más. Baltimore hizo lo que tenía que hacer, ganó y metió presión total a Pittsburgh, que ahora se juega todo en un escenario de máxima exposición. El contexto previo al duelo decisivo, los Ravens hicieron su tarea, ganaron, visitaron a Green Bay en triunfo. Ahora Pittsburgh no lo logra contra los Browns y tendrá que ser muy seguramente en partido nocturno en domingo por la noche.
Así, la temporada se reduce a un capítulo final que define identidad, carácter y destino. No es solo un pase a playoffs; es el título divisional y la posición en la siembra lo que está en juego, como ha ocurrido tantas veces en esta histórica rivalidad. Habrá que esperar una semana más para definir al campeón de la división norte de la Conferencia Americana.
