Uzbekistán, la gran sorpresa que se medirá ante Colombia en el Mundial 2026
La ‘Tricolor’ tendrá un interesante examen mundialista frente a los debutantes asiáticos.
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La Selección Colombia ya sabe oficialmente cuáles serán sus retos en la fase de grupos del Mundial 2026. Uzbekistán, rival del bombo 3, fue asignado en el grupo K después de haberse conocido que Portugal, flamante candidato, estará peleando por un lugar en las siguientes rondas.
Aparte del reencuentro entre James Rodríguez y Cristiano Ronaldo, el elenco de Néstor Lorenzo deberá pensar en una de las revelaciones. Uzbekistán logró la gesta futbolística más importante en toda la historia: meterse, contra todo pronóstico, en el certamen orbital.
El elenco del centro de Asia aseguró su cupo el pasado 5 de junio, faltando solamente una jornada para el cierre de las Eliminatorias en su confederación. Ese día igualó 0-0 ante Emiratos Árabes, sellando su tiquete como escolta de Irán en el grupo A. Uzbekistán fue el primer debutante confirmado para la mencionada cita de 48 escuadras.
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Uzbekistán ha sido durante décadas la selección que más cerca estuvo de un Mundial sin llegar a conseguirlo. Desde su independencia en 1991, acumuló frustraciones dolorosas en distintos procesos clasificatorios, hasta que finalmente rompió la maldición rumbo a 2026. El equipo compitió de tú a tú con potencias de la región como Irán y Qatar, y selló su boleto con apenas una derrota en diez partidos. Esta clasificación coronó el trabajo de una generación dorada, encabezada por talentos exportados como Abbosbek Fayzullaev y Abdukodir Khusanov, reflejo de un proyecto paciente, bien estructurado y orientado durante años a alcanzar este objetivo.
La revancha tiene un peso histórico. Uno de los episodios más controvertidos del fútbol asiático ocurrió en 2005, cuando Uzbekistán enfrentó a Bahréin por un boleto al repechaje intercontinental. Con ventaja 1-0, anotaron un penal que fue anulado por invasión, pero el árbitro, en una decisión inédita, concedió un tiro libre indirecto para el rival en lugar de repetir la ejecución. La federación uzbeka pidió que el partido se diera por ganado 3-0, pero la FIFA ordenó repetirlo. El reencuentro terminó 1-1, la vuelta 0-0, y Bahréin clasificó por gol de visitante. La escena se repitió en 2014: Uzbekistán, pero un autogol de Akmal Shorakhmedov en Seúl los dejó fuera, con la misma cantidad de puntos que Corea del Sur, pero con un gol menos en la diferencia.

Ese golpe derivó en otro capítulo de angustia. La derrota los llevó a la quinta ronda asiática, donde enfrentó a Jordania por un boleto al repechaje intercontinental. La serie terminó 1-1 en ambos partidos y se definió desde los once pasos, con una dramática tanda que concluyó 9-8 a favor de los jordanos. Mientras Jordania avanzó para enfrentar a Uruguay, los Lobos Blancos quedaron una vez más en el umbral, sumando otro episodio a su larga lista de eliminaciones agónicas. Todos esos tropiezos, acumulados durante casi tres décadas, contextualizan la magnitud de la clasificación para 2026.
El boleto terminó por liberar generaciones enteras de frustración. Las calles del país se llenaron de caravanas, banderas, música y celebraciones masivas. El presidente Shavkat Mirziyoyev entregó medallas, trofeos y las llaves de automóviles nuevos a los jugadores y al cuerpo técnico. El éxito no llegó por accidente: es el fruto de una revolución futbolística impulsada desde 2018, con inversiones fuertes en academias juveniles que ya rinden frutos con títulos asiáticos en categorías sub 23, sub 20, sub 21 y la clasificación del equipo olímpico a Paris 2024. Todo ello consolidó una plataforma que, finalmente los llevó a su primer Mundial.
Jugadores a seguir:
Eldor Shomurodov (Istanbul Basaksehir)
Máximo goleador en la historia de la selección uzbeka y referente ofensivo absoluto del equipo. Aporta potencia, presencia física y una capacidad probada para definir en momentos clave.
Abdukodir Khusanov (Manchester City)
Defensa central de enorme proyección y una de las caras más prometedoras del proyecto uzbeko. Su fichaje por el Manchester City marcó un antes y un después para el país.
Abbosbek Fayzullaev (Istanbul Basaksehir)
El futbolista más creativo y desequilibrante de la selección. Puede jugar como extremo o mediapunta, es rápido, vertical y con un talento especial para romper líneas. Producto directo del sistema de formación juvenil uzbeko.
Uzbekistán ha construido una identidad basada en la intensidad: sus selecciones destacan por el gran estado físico, la disciplina táctica y un ritmo de juego acelerado que se acompaña de buena técnica y una mentalidad competitiva fuerte. Aun así, su propuesta todavía tiene aspectos por pulir, sobre todo en la toma de decisiones defensivas y en el control de la agresividad en jugadores jóvenes.


