Machillo Ramírez y la verdad detrás del escándalo interno de Alajuelense en 2025
El DT explicó cómo manejó un grave caso que sacudió a Alajuelense.

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En medio de una temporada que terminó siendo histórica, Liga Deportiva Alajuelense estuvo a punto de vivir un quiebre interno que pudo cambiar por completo su destino en 2025. Antes de uno de los partidos más importantes del año, la revancha ante Motagua por los cuartos de final de la Copa Centroamericana, el plantel rojinegro enfrentó un episodio de indisciplina sin precedentes que sacudió la interna del club.
Cuatro futbolistas (Creichel Pérez, John Paul Ruiz, Deylan Aguilar y Deylan Paz) llegaron al Centro de Alto Rendimiento en condiciones inapropiadas: sin haber dormido, bajo los efectos del alcohol y tras una pelea en un bar de San José. La situación encendió todas las alarmas y obligó a una reacción inmediata del cuerpo técnico y la dirigencia.
Con el respaldo del gerente deportivo Carlos Vela, Óscar Ramírez tomó una determinación que, con el diario del lunes, resultó clave para el éxito posterior del equipo. El entrenador no dudó en priorizar el orden interno por encima de cualquier nombre propio. “Yo no puedo entender que venga un muchacho con problemas de alcohol en momentos de entrenamiento y viaje inmediato para un lugar. No estaba dentro de la situación de normalidad”, confesó Ramírez en una entrevista con el canal de YouTube de Antonio Alfaro y Wílmer López.
La decisión que marcó un límite
El técnico reconoció que fue un golpe inesperado y sin antecedentes en su carrera: “Yo se los hice ver, que nunca había tenido un caso como el que me estaban presentando”, agregó, dejando en claro la gravedad del episodio. Lejos de dramatizar, Machillo entendió el conflicto como una instancia formativa, no solo para los involucrados, sino para todo el plantel. El proceso incluyó sanción, reflexión y un reinicio desde lo moral.
“Había que dejar que se comieran ellos esa parte moral de fallo; para después reunirlos y decirles que fue una situación grave y que tenían que empezar de cero, a ganarse otra vez la confianza del grupo”, explicó. El mensaje fue claro: el profesionalismo no admite atajos. “Es una experiencia para toda la vida; no solo para ellos, sino para todo el grupo, para entender que esto del profesionalismo es serio”, remarcó el entrenador.
Finalmente, fue tajante sobre la responsabilidad pública que conlleva vestir una camiseta grande: “Que entiendan que esto es serio, que no es de joda o vacilón. Porque al ser personas públicas es complejo. Saber renunciar a muchas cosas”, sentenció.
Hoy, con los trofeos en la vitrina y una temporada histórica consumada, aquel escándalo interno quedó como una advertencia silenciosa de lo cerca que estuvo Alajuelense de derrumbar su propio proyecto. La firmeza de Machillo Ramírez, lejos de fracturar al grupo, terminó consolidándolo. El resultado está a la vista: títulos, liderazgo y una lección que marcó al plantel.


